Existentes distintas perspectivas teóricas acerca de la agresividad. Hay teoría provenientes de la etología que postulan la agresión como un instinto común a las distintas especies y derivado de la defensa de la territorialidad y la supervivencia. Por otro lado, desde una perspectiva biológica se aportan numerosas pruebas indicadoras de un sustrato nervioso para ciertas formas de agresión. Otros modelos se basan en el importante papel que tiene la frustración en la generación de la agresión. También desde la perspectiva del aprendizaje se proponen diversos modelos.
Hay que señalar que algunos niños pueden adquirir conductas agresivas porque su repertorio de conductas es deficitario en cuanto a las habilidades sociales para afrontar determinados problemas que podrían tener otra solución o que no tienen un autocontrol suficiente en situaciones que son estresantes para ellos.
Tratamiento
Se plantean los siguientes objetivos:
- Con el niño: Modificar el comportamiento agresivo por medio del aprendizaje de nuevos repertorios que sean incompatibles con la agresión, tales como conductas prosociales, habilidades de comunicación, autocontrol y expresión de sentimientos. El entrenamiento en habilidades de solución de problemas es también útil para que el niño aprenda nuevas formas de resolver adecuadamente situaciones generadoras de tensión y, posiblemente, desencadenantes de agresión.
- Con los padres: Establecer pautas de convivencia, mejorar la modalidad vincular familiar y aprender el adecuado refuerzo que los padres deben seguir para producir los cambios esperados. En este punto es de vital importancia establecer el compromiso de los padres para la participación y continuidad en el proceso terapéutico, cuidando que el abandono no sea un elemento más que intensifique el problema de consulta, en especial cuando deben afrontar la propia conducta agresiva.
El tratamiento no sólo tiene que estar centrado en la conducta agresiva del niño (terapia infantil individual), sino también en cambiar el estilo de convivencia y refuerzos recíprocos que mantienen la agresividad (terapia familiar).
El análisis funcional permitirá identificar las variables antecedentes y consecuentes que controlan y mantienen la conducta agresiva.
Si el niño puede describir sus comportamientos problemáticos e identificar las situaciones provocadoras y las consecuencias mantenedoras, estará en mejores condiciones de controlar el curso de su comportamiento, emitiendo otra respuesta frente a la misma condición-estímulo.
Podemos utilizar el autorregistro como una forma de enseñar al niño a llevar a cabo un análisis funcional de su propio comportamiento, ya que fomenta la autoobservación y aumenta la conciencia por parte del niño de lo que hace, cuándo, cómo, dónde y por qué[1].
Paralelamente al trabajo con la autoobservación, el terapeuta puede moldear conductas alternativas al comportamiento agresivo dentro de las sesiones y fomentar su generalización en otros contextos.
Técnicas que pueden ser utilizadas
- Moldeamiento de la conducta: El repertorio alternativo se enseña paso a paso y las aproximaciones sucesivas a la respuesta final son reforzadas hasta que se establezca el repertorio deseado.
- Economía de fichas: Estipular el valor de una conducta en términos de reforzadores arbitrarios que serán intercambiados por otros específicos.
- Coste de respuesta: Se retiran reforzadores positivos en forma contingente a la conducta problema, previo acuerdo entre las partes.
- Tiempo fuera: Se retira al niño de situaciones de refuerzo (especialmente aquellas que dan pertenencia a un lugar o grupo) durante un tiempo (5 o 10 minutos).
- Reestructuración cognitiva y modificación semántica: Modificar las reglas verbales que puedan estar formando parte del control del comportamiento agresivo.
- Entrenamiento en habilidades sociales:
- Ensayo de conducta: Puede ser necesario como una forma de garantizar la generalización de conductas más complejas al ambiente natural.
- Autorregulación de la conducta: Se enseña al niño a controlar la propia conducta aprendiendo a discriminar los acontecimientos del ambiente que aumentan la probabilidad de que se comporte agresivamente.
- Visualización de la conducta diaria: Calendario semanal en el que se marcarán diariamente y mediante símbolos arbitrarios el cumplimiento de los objetivos pautados.
- Contrato familiar: Los padres y el niño acuerdan nuevas formas de actuar en determinadas situaciones. El acuerdo se escribe y se firma, entregando una copia a cada uno, incluyendo el terapeuta.
- Refuerzo diferencial de las alternativas: Los padres de niños agresivos generalmente son inconsistentes en el refuerzo de conductas apropiadas y terminan reforzando, sin darse cuenta, lo que exactamente quieren suprimir.
- Entrenamiento en el manejo contingente de reforzadores positivos: Emplear de forma contingente los reforzadores positivos en la vida diaria.
- Relajación y ensayos de conducta en la imaginación: Los padres deben prever el mayor número posible de situaciones problema que puedan llegar a afrontar y entrenar, junto con el terapeuta, distintas conductas alternativas frente a la agresión del niño.
Registro de autoobservación de conductas agresivas.
(Recuerde que debe conocer todos los detalles de lo que se pretende cambiar)
- Técnicas de autocontrol y de autostop: Se debe enseñar a los padres a que, ante un episodio agresivo, permanezcan calmados, hablen tranquila y firmemente con el niño y continúen con el procedimiento planeado.
- Reestructuración cognitiva y modificación semántica: Para percibir de otro modo situaciones problema. La modificación semántica se emplea para dar un nuevo significado a estados frecuentemente asociados con términos como el de “culpa”.
- Registro de conducta alternativa.
- Instrucción en los principios del aprendizaje
- Instrucciones acerca de procedimientos para aumentar el rendimiento escolar: Los profesores deben aprender a fraccionar las metas y reforzar comportamientos intermedios del niño, valorando sus ganancias y motivándole a avanzar en el proceso de aprendizaje.
- Otras: Al igual que con los padres también algunas técnicas para tratar con el niño: refuerzo diferencial de conductas alternativas, entrenamiento en el manejo contingente de reforzadores positivos y negativos, tiempo fuera y castigos positivos, asignación de roles y registro de conducta alternativa.
Modelo de enseñanza de respuestas alternativas a la agresión
El autocontrol es el principal repertorio que ha de ser desarrollado como respuesta alternativa a la agresión.