Estrategias de intervención conductual familiar en niveles múltiples para la prevención y el tratamiento de los problemas de comportamiento infantiles
El programa trata de determinar el nivel apropiado de intervención que requieren los padres con el fin de apartar a un niño de una trayectoria hacia problemas más graves. La autorregulación de las habilidades parentales constituye un constructo central del programa.
La intervención familiar se define, de forma amplia, como un proceso terapéutico que ayuda a modificar el malestar psicológico de los individuos poniendo como objetivo sus relaciones interpersonales dentro de la familia.
El programa[1] intenta prevenir problemas conductuales, emocionales y de desarrollo graves en los niños aumentando el conocimiento, las habilidades y la confianza de los padres. Distingue cinco niveles de intervención para padres de niños preadolescentes, desde el nacimiento hasta los 12 años. Esta estrategia graduada multinivel reconoce que existen diferentes niveles de disfunción y perturbación conductuales en los niños y que los padres tienen diferentes necesidades y deseos con respecto al tipo, intensidad y modo de asistencia que podrían necesitar. La naturaleza multidisciplinar del programa implica también una mejor utilización de los recursos profesionales existentes para la tarea de fomentar la educación parental competente.
Base teórica de la Triple P
El contenido del programa se apoya en: 1) Los modelos de aprendizaje social de las interacciones padres-hijo, que subrayan la naturaleza recíproca y bidireccional de las interacciones padres-hijo. Este modelo identifica los mecanismos de aprendizaje que mantienen los patrones coercitivos y disfuncionales de la interacción familiar y predice el comportamiento antisocial futuro en niños. 2) La investigación en la terapia de conducta familiar e infantil y en el análisis aplicado del comportamiento, que ha desarrollado muchas estrategias útiles para el cambio de conducta, especialmente la investigación que se centra en cambiar los antecedentes de la conducta problema a través del diseño de ambientes más positivos para los niños. 3) La investigación evolutiva sobre la educación parental en los contextos diarios. El riesgo que tienen los niños de desarrollar problemas emocionales y conductuales graves se reduce si se enseña a los padres a utilizar las interacciones diarias que ocurren de forma natural para enseñar a los niños el lenguaje, habilidades sociales y competencias evolutivas, y habilidades de solución de problemas en un contexto de apoyo emocional. 4) Los modelos de procesamiento de la información social, que subraya el importante papel de las cogniciones parentales, como las atribuciones, las expectativas y las creencias como factores que contribuyen a la autoeficacia, a la toma de decisiones y a las intenciones conductuales de los padres. 5) La investigación del campo de la psicopatología del desarrollo, que ha identificado factores de riesgo y de protección específicos que se encuentran vinculados a resultados evolutivos adversos en los niños. Los factores de riesgo de las prácticas inadecuadas de control parental, de los conflictos maritales y familiares, y del malestar parental son factores de riesgo considerados como objetivo dentro del programa. 6) Una perspectiva de salud pública implica el reconocimiento explícito del papel de un contexto ecológico más amplio para el desarrollo humano.
Se considera al desarrollo de las capacidades de autorregulación de los padres como una habilidad central. Esto implica enseñar habilidades parentales que les permitan convertirse en personas que solucionan problemas de forma independiente.
- Asegurar un ambiente seguro y comprometido.
- La creación de un ambiente positivo de aprendizaje.
- Utilización de la disciplina asertiva.
- Tener expectativas realistas.
- Cuidándose uno mismo como padre/madre.
- Principio de suficiencia del programa.
- Adaptación flexible a los factores identificados de riesgo y de protección.
- Modalidades variadas de presentación.
- Amplio alcance potencial.
- Un enfoque multidisciplinar.
Estrategias del programa de educación parental positiva para fomentar la competencia social en niños