En esta etapa el niño es realista y objetivo, es extrovertido y tiene regresiones egocéntricas, acepta pasivamente las normas y se inicia el proceso autonómico.
Las relaciones con el grupo ya no son inestables, sino que tiene manifestaciones de cooperación.
Es importante para que llegue a comprender y asumir las normas de convivencia, favorecer esta autonomía; por tanto debe empezar por tener un ‘conocimiento de sí mismo, aceptar y valorar su propio trabajo, para aumentar su nivel de autoestima.
El niño que posee una autoimagen positiva actúa con seguridad y, cuando realiza conductas sociales, no busca en ellas una constante autosatisfacción, sino que las hace de una manera natural para ayudar al otro. En cambio el niño de baja autoestima suele actuar con el propósito consciente o inconsciente de procurarse una aprobación social que mejore su nivel de relación. Un niño con elevada valoración de sí mismo, supera mejor los problemas y no rechaza emprender nuevas tareas.
Técnicas para lograr un clima favorable
Las técnicas y procedimientos generales que hemos citado para la segunda infancia, también consideramos conveniente tenerlos presentes en esta etapa.
Decimos técnicas y no métodos para dar a entender que no se trata de una simple construcción teórica e ideal, ni de un único camino a seguir, sino una forma de trabajo con una serie de ejercicios, que tienen la ventaja de haber nacido de una necesidad constatada y apremiante, de haber sido experimentados, revisados y valorados y de evolucionar en el marco de nuestras clases.
Estas técnicas o artes necesitan como todas una porción más o menos decisiva de consideraciones psicopedagógicas para fundamentar sus contenidos, pero sobre todo precisan de un trabajo adecuado, ilusionado y constante. De ahí que los hayamos agrupado en una serie de consideraciones:
- Potenciar un autoconcepto positivo en los alumnos.Yaestudio
- Crear una dinámica de clase, que permita trabajar con distensión, alcanzar los objetivos y contenidos propuestos y evitar cansancios inútiles.
- Enunciar una serie de propuestas encaminadas a la adaptabilidad del maestro a situaciones nuevas, que cada uno deberá elegir y potenciar subjetivamente.
- Tácticas o ejercicios para suprimir o eludir conductas disruptivas. Creemos que sería aconsejable limitar la actuación del maestro a dar unas normas o castigos para cada falta porque cada conducta tiene un abanico de causas y soluciones que dependen mayoritariamente de:
- la relación maestro-alumno;
- la psicología del niño;
- el grupo-clase;
los valores que quedan definidos en el proyecto educativo del centro.
Nosotros somos partidarios de prevenir más que de suprimir conductas disruptivas. De ahí que las tácticas que proponemos sean una serie de ejercicios que previenen la indisciplina, porque favorecen la relación del grupo clase, con alumnos y maestro, potencian la individualidad de cada niño sin detrimento de la personalidad de los demás y ayudan a crear un clima agradable, activo, alegre …
El aceptarse a sí mismo es difícil, ya que la autoimagen que tienen los niños en esta edad, va en función de lo que opinan de ellos los educadores (padres, maestros) y sus compañeros. Como están en una etapa de formación de su personalidad y son muy vulnerables, lo que piensan o dicen los demás de ellos les hace cambiar la conducta.
En la época que les toca vivir, sus padres, por causa del trabajo, viajes o separaciones, no les pueden ofrecer un buen patrón de conducta porque falta tiempo, o por el nerviosismo que les crea la vida misma. El maestro es entonces el líder para ellos, por lo que es conveniente aprovechar esta buena relación para reafirmar su yo, ya que si uno es capaz de ir aceptándose a sí mismo, fácilmente aceptará a los otros y le irán desapareciendo los miedos al ridículo, las angustias; aceptará sus propios defectos y fácilmente aceptará los de los demás.
En principio debemos tener el cuidado de valorar el aspecto físico del niño y motivarle para que venga limpio y aseado, pues es ya mayor y él mismo puede cuidar de la limpieza de su cuerpo (ducharse en casa y si en la escuela se ensucia, lavarse la cara, las manos), así como del vestir (intentar no ensuciarse, llevar la camisa en su sitio y no por encima de los pantalones). El maestro tiene que convencer al niño de que será mucho mejor aceptado por la sociedad y por los amigos si va limpio y aseado.
Si a algún alumno le cuesta aceptarse porque se ve la nariz larga, o barrigudo…, también es tarea del profesor hacer resaltar que no todos podemos ser iguales, ya que esto sería muy monótono y aburrido; además éstas pueden ser características que a ellos no les gustan pero que los demás pueden encontrar graciosas y a la vez ser un motivo de aceptación para el grupo.
Con todo esto queremos decir que el niño debe conocer y aceptar su propio cuerpo como primer paso.
En segundo lugar, establecer contacto con los padres para ir adquiriendo unos principios de autonomía, como pueden ser:
-comer variado;
-ducharse, lavarse, peinarse;
desplazarse de casa a la escuela si el trayecto no es muy complicado;
saber guardar sus cosas, trabajos, juegos, ropas … ser ordenado;
-vestirse y desvestirse con soltura; saber ir de compras.
A continuación resaltaremos unos cuantos puntos positivos para favorecer la autoimagen:
- El maestro junto con los padres, tienen que actuar con el niño amablemente, razonándole las cosas, valorándolo y tratarlo como persona que es capaz de razonar, y saber que si los niños tienen un buen modelo fácilmente actuarán de forma parecida.
- Debemos resaltar todo lo positivo y evitar hablar de lo negativo delante de los niños.
- Potenciar la seguridad en sí mismos, procurando que se sientan útiles.
- Buena aceptación por parte del profesor y demostrarlo con afecto.
- Reforzar siempre las iniciativas del niño.
- Conocer el nivel de autoestima que tiene y también sus capacidades.
- No exigir más a un alumno de lo que él pueda dar.
- Valorar muy positivamente los trabajos bien hechos en clase.
- No discriminar a ningún alumno por ningún motivo (social, sexo, raza … ).
- Dar responsabilidades al niño a fin de que lleve la iniciativa y se sienta útil.
- Hablar con los padres sobre las cualidades individuales y del grupo del cual su hijo forma parte.
- Intentar que el niño se sienta seguro, porque si no, buscará siempre la aprobación del maestro.
- Valorar positivamente la propia personalidad del alumno.
Es muy importante este último punto, porque un niño con una autoestima elevada superará mejor los problemas y emprenderá nuevas tareas, en cambio, si la autoestima es baja, se vuelve retraído, tímido, con falta de seguridad y busca siempre apoyo.
La falta de seguridad, la ausencia de autoestima, de autonomía, de aceptación por parte de adultos e iguales… todo ello genera conductas disruptivas y una escasa disciplina en el aula.
Lo que el niño siente respecto de sí mismo afecta a su manera de actuar en clase.
El niño debe saber que importa por el mero hecho de existir. Una autoestima elevada se funda en la convicción de ser aceptado y va- lioso.
La autoestima no es engreimiento: consiste en sentirse cómodo siendo quien se es. El niño debe sentirse competente en el manejo de sí mismo y del entorno.
- Organizar la clase asignando responsabilidades a los alumnos, de manera que sean ellos mismos los que realicen actividades de acuerdo con los cargos asignados periódicamente.
- Mantener las tareas dentro de los límites de la capacidad individual, ya sea con agrupaciones flexibles de alumnos o con el sistema que el maestro vea más conveniente. En este sentido deberíamos intentar no exigir lo que no sirve al alumno e intentar evitar el fracaso, ya que produce frustración, agresividad, conformismo, sentimiento de inferioridad e indisciplina.
- Estar atentos a los alumnos inhibidos, procurando que las explicaciones queden claras para todos.
- Procurar que el trabajo sea apropiado, estableciendo una graduación en las dificultades y promover la ayuda mutua.
- Desarrollar la autonomía del alumno, haciendo posible que progresivamente sea capaz de solucionar por sí mismo pequeños problemas.
- Intentar mantener los hábitos inculcados al inicio de la escolaridad y potenciar:
- Las condiciones necesarias para mantener los hábitos son:
- motivación;
- refuerzo;
- limitar el número de hábitos;
- exigencias coherentes;
- estimulación y corrección de lo que es esencial;
- ritmo adecuado.
- Enseñarles a respetar y escuchar a los demás; aprender a progresar individualmente como personas y también como grupo, para lo cual creemos interesante respetar sus iniciativas.
- Buscar estímulos cuando en el trabajo no pongan todo el esfuerzo que se requiere. Estimular la creatividad y la fantasía.
- Favorecer la dinámica de la clase reforzando siempre las conductas de compañerismo, evitando descargar nuestra agresividad en la clase y adaptando el trabajo según las necesidades de cada niño, y hallar tiempo no sólo para los contenidos del programa sino para escucharle.
- Otra estrategia para favorecer la dinámica es potenciar los rincones de trabajo, cosa interesante en esta etapa y que los elijan según sus gustos y aptitudes a partir de las propuestas del maestro o del grupo.
El principal problema con que se enfrentan los profesores en el momento actual es la necesidad de renovar sus enseñanzas por adaptarse a los profundos cambios del entorno social y a unos contenidos científicos en cambio constante. La formación permanente del profesorado ha de representar la constante disponibilidad de una red de comunicación que no se tiene que reducir al ámbito de contenidos académicos, sino que incluye problemas metodológicos, personales y sociales que continuamente se mezclan con las situaciones de enseñanza.
Expondremos ahora una serie de temas o propuestas que motivará al profesor a adaptarse continuamente a situaciones nuevas.
Temas que son novedosos en el campo de la enseñanza y que exigen al maestro un esfuerzo de actualización
- La innovación educativa que lleva a una renovación pedagógica.
- La coordinación con los compañeros de ciclo, de claustro, director, para una mejor línea pedagógica en el centro y también con los maestros de educación especial.
El formar grupos flexibles para poder atender mejor a los alumnos con deficiencias y también a los mejor dotados.
La atención directa a los alumnos de integración (alumnos con un handicap especial en una clase normal) que precisan un tiempo y una dedicación especial.
En los centros hay constantes cambios de profesorado, es importante la aceptación entre compañeros y entre éstos y el director.
La adaptación al grupo-clase, lo que supone que cada año tendrá el maestro que valerse de nuevos recursos porque se le presentarán situaciones nuevas.
Saber aceptar las sugerencias de los representantes de la asociación de padres.
Saber adaptarse a la personalidad de los niños que tenemos en la clase el líder, el inhibido…
La aceptación de las materias que se van introduciendo de forma experimental como son:
- ordenadores;
- educación vial;
- actividades extra-escolares;
- colonias.
La coeducación también ha influido en una forma de adaptarse el maestro a ellos.
La cogestión: el profesor debe promover al máximo la participación de los alumnos en las tareas docentes.
Todo el mundo tiene derecho a hablar y exponer sus quejas y las decisiones se toman por mayoría y tienen carácter vinculante.
Lo primero que vamos a exponer aquí es una lista de conductas disruptivas que podemos clasificar en:
agresivas;
antisociales;
indisciplinarías;
de personalidad.
AGRESIVAS (A)
- Agresiones verbales
- Motes, apodos
- Venganzas
- Intimidaciones
- Peleas
ANTISOCIALES (AS)
- Perturbador
- Faltar al respeto al maestro
- Respondón
- Mentiroso
- Tramposo
- Irrespetuoso
INDISCIPLINARIAS (I)
- Falta de puntualidad
- Interrumpir las explicaciones
- Charlatanería
- Jugar a destiempo
- Impertinencias
- No seguir las normas
- Olvidarse los trabajos
- Risas inapropiadas
- Hacerse notar
DE PERSONALIDAD (P)
- Caprichosos
- Tímidos
- Hipersensibles
- Egocéntricos
- Hiperactivos
- Extrovertidos
- Introvertidos
- Envidiosos
Veamos una ficha de observación para que el maestro pueda darse cuenta de los problemas que se producen en su clase, si son más o menos los mismos, si son variados. (Otro factor a tener en cuenta es si son siempre los mismos niños los que presentan dichas conductas o no).
FICHA DE OBSERVACION
Registro de conductas disruptivas
Conductas disruptivas | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes |
(A) Agresivas | |||||
(AS) Antisociales | |||||
(I) Indisciplinarías | |||||
(P) De personalidad |
CURSO: GRUPO: FECHA:
Forma de registro:
Normalmente se hacen las observaciones durante una semana, y siempre a la misma hora. Una vez observadas las conductas se anotarán en el registro.
Ejemplo: María Pérez 1, 3.
Produce una conducta de indisciplina que es la charlatanería en los días: martes y jueves.
Entonces se anota el nombre del alumno con el problema que crea, debajo del día que se ha producido y así con los demás … a partir de aquí se aplican estrategias para mejorar la conducta y al cabo de un tiempo se vuelve a hacer el registro para ver si se ha eliminado o ha disminuido.
Una vez observados los problemas de conducta, estudiamos los que más nos preocupan.
Expondremos ahora una serie de tácticas para suprimir o eludir conductas disruptivas.
- Permitir al alumno dirigir determinados juegos o actividades.
- Destacar las habilidades del niño en cuanto a deporte, plástica … en el grupo de compañeros.
- Eludir todo tipo de favoritismos y comparaciones entre alumnos.
- Hablar con los padres y maestros de la problemática del niño y establecer estrategias conjuntas.
- En caso de divorcio y separación de los padres será conveniente el asesoramiento de un experto sobre los cambios que se producirán en sus vidas, para que el proceso de separación sea lo menos traumático posible para los niños.
- Si el niño es muy agresivo, y expresa su agresividad para conseguir beneficios, el tratamiento puede tener éxito en poco tiempo, basta con vigilar que no consiga ningún beneficio o refuerzo con su mala conducta y no hacerle caso en sus intentos.
- En algunos casos recomendar la práctica de actividades competitivas,.. donde el niño descubre el valor de la amistad y acepta con facilidad imponer unos límites a su agresividad con tal de no perder y de poder disfrutar de sus amigos.
- A veces es conveniente la práctica de actividades no competitivas como puede ser el dibujo, la pintura, el modelado … ya que permiten distensionar y relajar al sujeto, por lo que no siente necesidad de expresarse de forma agresiva como antes.
- Restablecer el equilibrio físico del niño, pues debe tener un horario de sueño regular, una dicta alimenticia adecuada y equilibrada y que el trabajo y las obligaciones se vean compensadas por actividades y juegos propios del tiempo libre.
- Si llega el momento de castigar hay que hacerlo constructivamente:
evitando la venganza, ésta destruye la confianza y las relaciones entre adultos y niños;
estructurando relaciones positivas. el castigo parece tener un efecto más positivo cuando quien lo administra posee una relación estrecha con el que lo recibe;
castigando temprano y consistentemente (si se castiga cuando el niño empieza a portarse mal, es menos probable que se repita el mal comportamiento que si se hace después que el acto se ha completado);
moderadamente intenso (un castigo rápido, firme y preciso es más efectivo que un castigo leve que precisa repetición de forma progresivamente más severa);
mostrar al niño alternativas claras y aceptables, el nido tiene que saber qué es lo que es aceptable y lo que no lo es para poder actuar;
cambiar los castigos de forma ocasional (el mismo castigo utilizado una y otra vez, se vuelve familiar y esperado y por tanto pierde efectividad).
- En el caso de los niños que dicen palabrotas podemos:
- desentendemos de ellas; el niño terminará cansándose de decirlas si su intención era justamente producir una reacción en los mayores o hacerles objeto de su hostilidad o agresión;
- si las malas palabras son pronunciadas en público, que pida disculpas ante los demás e inmediatamente pasar a otro tema de conversación;
- explicar inmediata y brevemente que soltar tacos es de mala educación, como el no lavarse las manos cuando se tienen sucias o no pedir disculpas cuando se ha cometido una incorrección en público;
- delar siempre el camino abierto para que la corriente de afecto y confianza persista, esto es, que la corrección de las malas palabras no perturbe la libertad de expresión que debe sentir hacia los mayores.
- En cuanto al tratamiento de la pereza lo que debe hacerse es:
- explicar al niño claramente lo que se espera de él, de forma que el esquema de comportamiento no presente dudas o divagaciones en las que posteriormente se pueda escudar;
- no dejar que eluda la tarea, a menos que sea imprescindible;
- cuando efectúa la tarea en un tiempo razonable, hay que mostrarle aprobación;
- no impacientarse y por tanto no dejar que se ocupe en otra actividad sin que haya terminado la que está haciendo.
Lo que se pretende en el tratamiento del niño perezoso es que al inicio se le exijan las conductas que suponen menos esfuerzo para poder reforzarlas llegando posteriormente a los comportamientos difíciles y hacer que estas conductas vayan unidas a premios u otras actividades agradables
13. En cuanto en el ámbito de clase sería conveniente:
- dar más importancia a las reglas democráticas (votadas por todos) que a las impuestas;
- iniciar el autocontrol grupal de las normas;
- procurar que las normas que regirán en clase estén basadas en un concepto de justicia;
- en cuanto a las normas que hacen referencia al tema de hablar en clase es importante en este período enseñar a respetar el turno de palabra y no interrumpir cuando otra persona habla, y básicamente aprender a escuchar;
- para controlar las conductas disruptivas inculcaremos la necesidad de entrar y salir de clase en un cierto orden.
Otro punto a tener en cuenta es el del autocontrol o sea la capacidad de comportarse normalmente, cuando los adultos se han ido; para ello se tiene que haber motivado antes al alumno.
Permitiremos a los alumnos levantarse del sitio cuando sea necesario; se hará en silencio y sin molestar.
- En cuanto al tema del tiempo, insistiremos en la importancia de ser puntual en las entradas y salidas de clase, a la hora de recoger, etc.
A fin de que los alumnos tengan tiempo de terminar su trabajo y realizarlo bien, trataremos de dar un plazo más largo.
- En cuanto a las relaciones profesor-alumno destacaremos la necesidad de basar la obediencia en un buen entendimiento entre ambos y estar abierto al diálogo.
- En cuanto a las relaciones entre alumnos está la necesidad de respetar a los demás con gestos y palabras y compartir las cosas con ellos.
Lo más importante en este período para que los grupos funcionen es enseñar a no marginar a nadie ni despreciar a ningún compañero.
- En cuanto a los correctivos las reparaciones o consecuencias derivadas de ciertas actuaciones, debemos decir que:
- las sanciones deben ser elegidas y votadas a principios de curso por los mismos alumnos y asimismo aplicadas por ellos;
- dialogar con ellos para hacerles caer en la cuenta, dado el caso, de que su actuación no es correcta.
Se aplicará aquí también la pérdida de cargos si lo creemos necesario.
- En cuanto a premios, insistimos en la importancia del trabajo bien hecho como motivación para seguir trabajando y en la superación de uno mismo. Sin embargo, algunos tipos de refuerzo tales como:
- dejarles elegir el rincón y actividad que prefieran en determinados momentos puede ser un buen estímulo para el trabajo;
- algunos refuerzos comestibles también pueden usarse como incentivo así como refuerzos simbólicos (cromos, insignias…).
- Actividades especiales: Es interesante también utilizar actividades agradables como refuerzo; algunas son las mismas que hemos indicado en la etapa anterior como:
- cantar;
- disfrazarse;
- hacer teatro.
- realizar concursos;
- festivales;
- fiestas;
- juegos;
- salidas;
a las que añadimos por ser más propias de esta edad los campeonatos de fútbol, balonmano, baloncesto, participar en concursos de radio, TV, etc…
Cuando se establezcan premios individuales o de grupo debemos tener presente que no siempre deben ir dirigidos a los niños que sobresalen claramente en aptitudes o en la realización del trabajo, sino que estos premios nos tienen que ser útiles para estimular a aquellos que no destacan en nada especial, valorando todo lo que aporten de positivo por su manera de ser: premiar la constancia, el esfuerzo, la dedicación, la ayuda a los demás, el hecho de no enfadar- se nunca, etc.
En términos generales, el hecho de dedicar especial atención a cada alumno, hacer comentarios positivos sobre él o sobre sus trabajos, dialogar siempre que sea posible y acercarse a él son factores que ayudan a obtener resultados positivos.
Otra táctica importante es el juego. Es característica en esta edad la socialización. El placer del juego deja de ser físico y egocéntrico y se convierte en social. Empiezan a jugar juntos, surgen dirigentes, aunque no siempre los más inteligentes se convierten en líderes.
La autocrítica en este período resulta poco perceptible, es flexible y cambiante, el amigo de hoy puede no serio mañana aunque hay quienes se unen con lazos más sólidos.
Sienten necesidad de jugar como los mayores, pero todo se reduce a desarrollar la habilidad, buscar divertirse por sí mismos, es decir ganar, desde su punto de vista.
A partir de los 9 años empieza el verdadero juego en grupo, en este período hay un reforzamiento de las amistades individuales, a la vez que los juegos en equipo y las competencias de oposición proporcionan más placer que nunca.
Tienen un gran sentido de la justicia y poca misericordia, se da a cada uno lo suyo y no se toleran infracciones a las reglas del juego.
Para finalizar diremos que las características del juego en esta edad son: juego social, figurativo y de regla arbitraria.
El juego más corriente es el de la proeza, sobre todo entre los niños; en las niñas tiene menos importancia, pero ocupa un lugar importante el juego de imitación colectiva y los tradicionales.
Proponemos ahora una serie de ejercicios que pueden servir para prevenir algunas conductas disruptivas.