Aspectos pedagógicos:
Permite percatarse de los niños tímidos, favorece el contacto con los compañeros, ayuda a desinhibirse, a expresarse con mímica facial y a ejercer un autocontrol sobre sí mismo. Favorece la inventiva al dar lugar a prendas.
Material: Ninguno.
Número de jugadores: Toda la clase.
Desarrollo del juego :
El pobre gatito se halla en el centro del círculo de jugadores, a cuatro patas. Se acerca a uno de los jugadores y maúlla ante él.
Este último tiene que acariciar el lomo del gato, sin reír, ni tan siquiera sonreír, diciéndole: «Pobre gatito» repitiéndolo por tres veces.
Si el jugador no ha sonreído, el gato pasa a otro jugador que tomará su puesto en caso de perder.
El gato puede hacer todas las muecas que se le ocurran, pero no puede hablar ni levantarse.
Los jugadores a quienes no vayan dirigidos los maullidos tienen derecho a reír.
Este juego puede dar lugar a prendas.
Se procurará que hagan la voz parecida al maullar de¡ gato, que acaricien y no toquen al compañero solamente, que los demás jugado- res no se rían estrepitosamente lo cual puede condicionar al que hace de gatito.
Intentar cuando se paguen las prendas que el pago sea adecuado y que no se pidan cosas demasiado difíciles y complicadas.
UN JUEGO DE APURAR
6-7 AÑOS
Permite llegar a expresarse a todos aquellos niños un poco retraídos o tímidos, a los que les cuesta manifestarse en voz alta delante de sus compañeros.
Material: Una pelota o un pañuelo enrollado.
Es un juego colectivo que permite intervenir a toda la clase a la vez, se puede realizar dentro de la misma aula, también en el patio en un espacio con capacidad suficiente para el grupo.
Los jugadores se sientan en círculo y uno de ellos, elegido a suertes, comienza el juego lanzando la pelota o pañuelo a uno cualquiera de los jugadores, a la vez que dice:
«De la Habana ha venido un barco cargado de… ¡pelotas!» (por ejemplo).
El que la recibe ha de decir rápidamente una palabra que empiece por la misma letra de la palabra escogida: pianos, paletas… y, a su vez, pasarla al siguiente compañero, que -deberá decir otra palabra que empiece por la misma letra.
Cuando uno de los jugadores se equivoca o se retrasa en la respuesta, paga prenda, así como el que repite una palabra ya dicha.
Cuando lo deciden los jugadores se cambia la letra, pero manteniendo siempre el mismo encabezamiento.
Para el reparto de prendas se procede de la forma acostumbrada.
El maestro puede observar a los tímidos para colocarse a su lado y ayudarles (darles confianza, estimularles, animarles).
Es bueno controlar que no lancen la prenda sólo a los más amigos; si ello ocurriera sería conveniente, parar un momentito el juego y hacerles notar que «todos» tienen derecho a jugar.
– Aspectos pedagógicos:
Ayudan a ver la importancia de seguir el ritmo del grupo (o no ir de forma individual) a desinhibirse, a relajarse, a autocontrolarse y prestar atención.
Material. Puede ser diverso: pandero, triángulos, etc…
Número de jugadores: Puede ser por grupos pequeños, medianos o grandes.-
Desarrollo de varios de estos ejercicios:
Marcar un ritmo un profesor, seguidamente lo imita un grupo de niños y después otro. Al final palmotear todos a la vez para ver si coinciden.
Hacer una cadena e ir palmoteando un mismo ritmo todos los niños sin perder pulsación.
Combinar un ritmo fuerte y otro suave y que expliquen cuándo se han sentido mejor.
Hacer dos hileras y pasar el ritmo por la espalda del que está delante, al final palmotean todos a ver si coinciden con el mismo ritmo.
– Orientación didáctica:
Procurar que todos los niños se lo tomen como un juego y si a alguno le cuesta seguir, ayudarle individualmente ya sea el profesor o bien un niño que tenga facilidad en este sentido.
Si se utiliza algún instrumento determinado intentar que a la hora de empezar todos lo tengan a punto.
Aspectos pedagógicos:
Ayuda al autodominio, desarrolla la atención, la cooperación entre compañeros, etc.
Material: Juguetes, instrumentos de percusión, objetos diversos, cassette y cintas, cuentos, etc.
Número de jugadores: Toda la clase.
Desarrollo de los siguientes ejercicios:
Escuchar sonidos y silencios de nuestro alrededor: casa, calle, escuela, bosque (campo), de oficios diversos.
Sonidos hechos por ellos mismos en las diferentes actividades, la voz, el cuerpo, los objetos, juguetes, instrumentos de percusión, etc. (Deberá hacerlos bien para que los compañeros los puedan reconocer).
Reconocer sonidos que se han escuchado anteriormente y relacionados con las diferentes situaciones que pueden provocar este ruido.
Imitar diferentes sonidos o silencios que les recuerden determina- das situaciones de la vida normal: camiones, el afilador, la ambulancia, la ducha, la lluvia, el ascensor, los niños de la clase de al lado, poner un motor en marcha, el tren, un rebaño de ovejas o vacas, el tractor, el reloj, un pájaro, etc. (Se puede hacer por grupos y comparar para ver el que mejor los imite). Todos los niños deberán estar atentos y esforzarse al máximo para que su grupo lo imite lo mejor posible.
– Orientación didáctica:
Intentará el maestro relajar la clase, para que sean capaces de escuchar pequeños ruidos y darse cuenta del silencio.
Aspectos pedagógicos:
Autodominio, fomenta la atención, el saber esperar, ser pacientes, respetar las normas del juego …
Material: Ninguno.
Número de jugadores: El grupo clase.
– Desarrollo del juego:
Un niño es el rey del silencio y busca pajes para servirlo en silencio y él los llama. A una señal todos los niños deben acudir hacia el rey en silencio y el que éste considera que lo ha hecho mejor, hará de rey y así hasta haber representado unos cuantos niños este papel.
– Orientación didáctica:
Hacer una prueba teniendo cuidado de que primero haga de rey el más dinámico y activo y que capte mejor las situaciones.
El maestro tendrá en cuenta que todos los niños deben participar a pesar de que sean tímidos o retraídos; en estos casos se les proporcionará la ayuda necesaria.
Desde que el hombre es hombre hay cuentos, encontramos cuentos en todas las civilizaciones y en todas las épocas, y en cualquier lugar de nuestro planeta.
Nos preguntamos por qué los cuentos son tan atractivos y tan importantes para los niños. Indudablemente porque esta forma de expresión responde a unas necesidades constitutivas del ser humano y cumple unas funciones:
función lúdica;
función lógico-lingüística;
función psicológica de probar su yo.
El cuento como el juego es el campo donde el niño entrena su yo.
El cuento le permite imaginar otras formas de ser múltiples y variadas para ir encontrándose a sí mismo. Por eso el niño necesita vivir el cuento, ser el protagonista, cambiar de personaje, experimentar las emociones y reacciones de éstos.
Escogiendo cuáles le dan más satisfacción y seguridad, cuanta más fantasía ponga, mayor plasmación habrá de la subjetividad de sus deseos y temores.
Entre 4 y 7 años es el gran momento para almacenar cuentos cortos y con alguna fórmula repetitivo; les encanta que se les relaten cuentos ya sabidos, es porque ellos recrean cada vez en el cuento aspectos distintos de¡ mismo. Les gustan los cuentos que tratan de temas de animales.
Es necesario saber qué cuento vamos a narrar, porque a esta edad los cuentos pueden nacer en cualquier momento, ya que cualquier motivo, cualquier cosa se puede convertir en un personaje. Además el cuento es fuente de numerosas actividades: representar, dibujar, ilustrar… y, lo más importante, a través del cuento el niño intuye y asimila las conductas que representan sus personajes y va descubriendo cómo el respeto de unas normas y de unas pruebas que deben superar, tienen un final feliz.