¿Te has parado a pensar como es tu proceso mental? Quiero decir, cómo adquieres, organizas, analizas, memorizas, aprendes, recuerdas y usas la información cuando te hace falta. Cómo se forma y cuáles son las cualidades de tu pensamiento… No como se supone que es, sino como es realmente el tuyo. ¿Eres observador, analítico, intuitivo, muy visual, verbal…? Te resulta difícil de definir y quizá no se te había ocurrido nunca reflexionar sobre ello.
Si lo analizas y llegas a una conclusión, podrás explicármelo y entonces podré entenderlo y “compararlo” con mi propio proceso mental. Pero es muy difícil conocer el proceso mental de otra persona a menos que esa persona intente explicártelo.
Es verdad que se pueden hacer estudios sobre el proceso mental, pero esos estudios sólo nos permiten elaborar teorías, estamos lejos de afirmar certezas.
Las variadas manifestaciones del autismo y lo “misteriosas” que nos resultan invitan a especular sobre cómo serán los procesos mentales de las personas con autismo.
Las personas con TEA se caracterizan principalmente por la afectación de las relaciones sociales (Teoría de la mente, comprensión del mundo emocional de los otros, empatía), dificultades para comunicarse (iniciar una conversación, problemas en la entonación, afectación del desarrollo del lenguaje), imaginación, etc. Este tipo de diversidad funcional está relacionada con el déficit que presentan las personas con TEA en el desarrollo de la Teoría de la mente. Entre las implicaciones que conlleva un déficit en esta habilidad podríamos señalar las siguientes:
- Falta de sensibilidad hacia el mundo sentimental de los demás.
- No ser capaces de tener en cuenta la información que los demás saben
- No detectar el grado de interés que una persona muestra por lo que dice.
- Tener dificultad para entender la ironía o el sentido figurado (bromas, frases hechas, dobles sentidos, mentiras piadosas, etc.).
- No tener la habilidad de anticipar lo que los demás pueden pensar sobre sus comportamientos.
- No comprender el engaño y para qué engañar, o tomar cuenta de los malentendidos.
- No entender las razones que conducen a las personas a llevar a cabo un determinado comportamiento.
Hay distintas teorías sobre cómo es la cognición de las personas con autismo,
La habilidad para comprender y predecir las conductas de otras personas se describe en la Teoría de la mente (TdM). En personas con trastorno del espectro autista (TEA), está habilidad queda un tanto mermada. Esto es debido a las dificultades que presentan para darse cuenta de lo que piensa o cree otra persona. Pero diferentes actividades y terapias permiten desarrollar esta habilidad para que su adaptación al mundo social sea mejor.
La teoría de la mente indica la capacidad que tenemos los humanos de “leer la mente” de otros, la capacidad de imaginar que está pensando o sintiendo otra persona teniendo en cuenta las circunstancias que se le presentan.
Pero esta capacidad no viene de serie, como tantas otras debemos adquirirla y perfeccionarla a lo largo de la infancia y adolescencia (bueno, y seguimos haciéndolo en nuestra vida adulta, ¿no?).
Entre los 3 y los 5 años los niños ya son capaces de representar en su mente no sólo el mundo de los objetos, sino también como otras personas reaccionan en diferentes situaciones. Para eso el niño debe teneruna idea de cómo es el proceso de pensamiento. Darse cuenta de que las personas tienen pensamientos, ideas y sentimientos provocados por las circunstancias y que son distintos de los propios.
Esta teoría permite comprender no solo la conducta de otras personas, sino también los conocimientos, intenciones, emociones o sus creencias. La teoría de la mente explica que no sólo uno mismo es capaz de tener deseos, emociones o intenciones, permite entender que los demás también tienen sus propios sentimientos o deseos.
Así, este modelo sugiere que los pacientes con TEA presentan dificultades para comprender las mentes de otras personas. Esto puede ser una explicación para algunos de los comportamientos sociales y de comunicación característicos de los pacientes con TEA. Por este motivo, la teoría de la mente siempre ha tenido una influencia significativa en la investigación y la práctica. Parece lógico pensar que el éxito de las intervenciones basadas en este modelo cognitivo, tendrán efectos positivos en el comportamiento de estas personas.
Las pistas que seguimos para interpretar lo que está en la mente del otro en cada momento nos las dan su expresión facial, su postura corporal y la entonación con la que se expresa.
Cuanto más conocemos a una persona más sabemos de sus conocimientos, intenciones, creencias y deseos y más fácil nos resulta saber lo que se le “está pasando por la cabeza”.
Antes hemos dicho que comprender el proceso mental propio requiere un cierto esfuerzo y no resulta fácil.
Ahora imagínate que tienes que intuir como es el proceso mental del otro… aún más difícil, ¿no? Pues imagina lo difícil que puede ser intuirlo si además tienes problemas para percibir, integrar la información, traducir tus ideas en lenguaje comunicable, tienes preferencia por ciertos intereses que dificultan que focales la atención en otras cosas y tu conducta resulta extraña a los demás.
En el autismo esta capacidad de “leer la mente” de los otros, de ser capaz de ponerse en la situación mental del otro, suele encontrarse alterada. Sin duda esto contribuye a la dificultad de desenvolverse fácilmente en distintas situaciones sociales.
Las funciones ejecutivas son el conjunto de capacidades mentales necesarias para dar contexto y ejecutar eficientemente otras funciones mentales. En cierto modo podemos decir que unifican, ordenan y coordinan todas las demás funciones cognoscitivas.
Las funciones ejecutivas tienen su sede en las regiones frontales del cerebro. Son muchas y muy complejas.
Resumiendo, podríamos decir que son las que permiten planificar y monitorizar una tarea, recordando en cada momento lo que se está haciendo mediante el autocontrol de la acción y del pensamiento e inhibiendo otras funciones que no son necesarias para esa tarea, también permiten ser flexibles e improvisar si aparecen interferencias en la tarea o sacar conclusiones generales de una experiencia para usarla en otras.
Ante un problema nuevo, intentamos encontrar soluciones. El éxito dependerá de nuestra capacidad para predecir las consecuencias de cada solución imaginada.
Las funciones ejecutivas se encuentran alteradas en las personas con autismo de manera que no son eficientes en la improvisación, en el cambio de foco de atención, en la generalización…
Muchas de las dificultades que presentan las personas con autismo son extraordinariamente similares a los síntomas que producen las lesiones en los lóbulos frontales, donde se asientan estas funciones. Por ejemplo: ausencia de empatía, conducta estereotipada, rutinas, intereses restringidos, poca tolerancia a los cambios en el entorno, conductas compulsivas, dificultad para localizar la atención y poca habilidad para planificar habilidades futuras.
La coherencia central permite integrar toda la información que recibimos para darle un significado global y dentro de un contexto.
En las personas con autismo es frecuente encontrar una percepción disgregada de la de la realidad que dificulta conectar entre las distintas partes de un objeto o de una situación perdiendo de este modo el sentido del todo.
Esto podría explicar porque parecen quedarse fijados y fascinados en los detalles de los objetos o discriminan mejor determinados estímulos perceptivos.
Las dificultades descritas no están presentes en todas las personas con autismo ni son exclusivas de la condición autista. Tampoco son excluyentes entre sí y lo más frecuente es encontrar indicios de todas ellas en las personas con autismo.
Estos aspectos de la cognición –”leer la mente”, unificar y coordinar las funciones cognoscitivas e integrar la información para darle un significado global–, son imprescindibles en los procesos mentales que nos permiten entender e interaccionar con fluidez con nuestro entorno.
Podemos comprender fácilmente que si faltan o están alterados aparezcan conductas que pueden parecer peculiares pero que son consecuencia de estas dificultades en el proceso mental. La autonomía o el rendimiento académico también se verán mermados, y por supuesto afectan a las habilidades sociales haciéndolas mucho más difíciles.
Conocer estas teorías nos permite entender mejor los procesos mentales de las personas con autismo. De esta manera podemos comprender como se siente y como entiende el mundo y de algún modo diseñar estrategias para ayudarle a comprender mejor.