TRASTORNO DE MOVIMIENTOS ESTEREOTIPADOS Y AUTOLESIVOS

TRASTORNO DE MOVIMIENTOS ESTEREOTIPADOS Y AUTOLESIVOS

Cuatro características debe mostrar una conducta para ser considerada como estereotipada: a) ser repetitiva y rítmica; b) ser invariable en topografía (manifestación física); c) ser rara y excesiva en frecuencia, tasa o amplitud en relación con el contexto medioambiental o social en el que ocurren, y d) no tener una función aparente o una consecuencia medioambiental.

Para que una estereotipia sea considerada anormal o patológica es necesario también que tenga ciertas consecuencias negativas para el individuo que las muestra.

Cuando la consecuencia negativa más importante que tiene un movimiento estereotipado es el daño físico o las lesiones corporales que produce al propio individuo, recibe el nombre de autolesión.

Unity

El TME se diagnostica cuando la conducta repetitiva del niño o joven no le supone un daño corporal, mientras que si el daño existe (o puede existir de no protegerse al niño), el diagnóstico debe ser el de trastorno del movimiento estereotipado con conducta autolesiva.

Se debe diferenciar entre el TME y otros trastornos, tanto psicológicos como físicos. Esto es debido a que ciertas alteraciones, problemas o factores orgánicos pueden dar lugar a conductas repetitivas o estereotipadas iguales a las del TME.

Epidemiología

Se ha encontrado que los sujetos con trastornos del desarrollo de tipo autista y no verbales muestran niveles más altos de conducta estereotipadas que los sujetos verbales.

Teorías

Todas las teorías, con independencia de su fundamentación empírica, tienen el problema de no diferenciar adecuadamente entre los factores implicados en el origen de las estereotipias y autolesiones, y los responsables de su mantenimiento.

Teorías biológicas

Entre las teorías biológicas destacan las que relacionan las estereotipias y autolesiones con síndromes orgánicos.

Otras teorías explicativas relacionan las estereotipias y autolesiones con alteraciones neuroquímicas de los sistemas de transmisión dopaminérgicos o serotoninérgicos.

Otra hipótesis biológica es la homeostática, según la cual los organismos necesitan un cierto nivel de estimulación.

Teorías conductuales

La investigación experimental indica que, con independencia de su topografía, las conductas estereotipadas y autolesivas son clases de respuestas operantes mantenidas por medio del reforzamiento (positivo, negativo o ambos) en un altísimo porcentaje de casos.

Evaluación

Es necesaria una evaluación a dos niveles: la conducta problemática y su función, y los factores responsables del mantenimiento de las estereotipias y autolesiones.

“Escala de evaluación del análisis motivacional”.

La observación de la conducta en situaciones naturales es la estrategia de evaluación funcional indirecta que tiene más tradición. Diferentes procedimientos de observación y registro dirigidos a la evaluación funcional de las conductas problemáticas, como el registro de antecedentes-conducta-consecuencias.

Tratamiento

Con independencia de la eficacia que los tratamientos biológicos muestren en un futuro, en el campo de la psicología clínica infantil los tratamientos de elección para comportamientos autolesivos y estereotipados graves son de carácter conductual y se derivan de los principios del condicionamiento operante.

Entre las técnicas aversivas que son más eficaces para reducir conductas estereotipadas y autolesivas se encuentran: la sobrecorrección, la restricción contingente de movimientos, la ocultación facial (bloqueo temporal del campo de visión), el tiempo fuera, el costo de respuesta, las reprimendas verbales y la aplicación contingente de estimulación sensorial aversiva (choques eléctricos, pulverizadores de agua, sustancias amargas, etc.). Las técnicas de reforzamiento que reducen autolesiones y estereotipias son, fundamentalmente, el reforzamiento diferencial de otras conductas -RDO- y el reforzamiento diferencial de conductas alternativas o incompatibles -RDA.

El más clásico de los tratamientos funcionales es la extinción , o eliminación del reforzamiento que mantiene una conducta.

Aunque la extinción es una técnica eficaz, siempre que se identifique previamente la función de la conducta, puede provocar efectos no deseados, como el incremento temporal de la respuesta, antes de declinar, y la agresión inducida.

La aplicación del reforzamiento diferencial de otras conductas de forma funcional: 1) identificar los reforzadores que mantienen la conducta; 2) eliminar ese reforzamiento contingente a la conducta problema; y 3) reforzar otras conductas o la ausencia de conductas problema con el mismo reforzador responsable de la conducta problema.

Una técnica desarrollada gracias a la utilización de análisis funcionales previos al tratamiento es el reforzamiento no contingente o programas de tiempo fijo -TF. Los programas de TF consisten en administrar libremente el reforzamiento responsable de una conducta a intervalos de tiempo en los que no se ha producido esa conducta.

Un programa de tratamiento conductual

  1. Identificación y definición de las conductas problema.
  2. Determinación de la necesidad de intervenir.
  3. Evaluación funcional: determinando la frecuencia (línea base) así como los factores antecedentes, consecuentes y disposicionales (si es posible) que controlan la conducta.
  4. Determinar la función de la conducta.
  5. Evaluación de repertorios y reforzadores.
  6. Selección del procedimiento de intervención conductual.
  7. Evaluar los resultados a lo largo de todo el tratamiento.
  8. Generalización y mantenimiento.
Anexos